Post by e***@yahoo.co.ukPost by Aplasta_CipayosYo sigo hablando con la gente del pueblo dominicano... Hoy hable con
un perredeista, hombre de trabajo, de la clase media baja, que con un
peque~no resbalon cae en la clase pobre. Me decia este hombre que
quiere que gane su partido el PRD, pero tiene dudas y piensa que no
ganaran pues el PLD esta cada dia mas fuerte mientras que el PRD se
debilita.
Luego me decia con tristeza que la Republica Dominicana anda muy mal y
que todos los politicos incluyendo los de su partido tienen la culpa
de esta situacion. Me dice que los pobres estan recortando cada dia
mas su presupuesto y que estan economizando eliminando al menos una
comida al dia y comiendo comida de muy baja calidad como salchichones
importados hechos de tripas de pollos y el famoso queso amarillo
dominicano que nadie sabe de que lo hacen y lo unico seguro es que no
es de leche. Hablamos un buen rato y me dijo muchas cosas mas pero
nada las dejamos afuera por ahora. Esta es la vida de un dominicano de
clase media baja, trabajo duro, poco pago y cero esperanza.
Claro, este molusco quiere que gane "papa" para que el pais vuelva a
ser lo que fue durante su pasada administracion corrupta.
y no solo eso, que pone pendejadas que otro dizque, dizque le dice, un
arratrao panita de el... yo le pongo datos del banco central de
venezuela que dan cuentas de lo desgraciada de la situacion en la
cuarta potencia mundial productora de petroleo, que a pesar de
billones de dolares en ingresos, el canceroso tirano hugo chavez la
tiene jodida hasta el tuetano... por eso esta plasta farsante pone
cosas que dizque un amigo le dice...
Inflación letal
Un mal cuyo flujo no puede ser detenido mediante decretos ni
torniquetes legales
LUIS ENRIQUE OBERTO G. | EL UNIVERSAL
miércoles 11 de enero de 2012 12:00 AM
De acuerdo con la información suministrada al cierre del 2011 por el
Banco Central de Venezuela la inflación anual en nuestro país fue de
27,6%, un nivel excepcionalmente alto para cualquier pueblo del mundo,
cuyo impacto negativo sobre el bienestar de la gente es significativo,
y mucho más cuando una inflación de ese grado ocurre de manera
persistente -como ha venido pasando por años- no obstante la cuantía
de los ingresos de divisas percibidos durante ese tiempo por concepto
de nuestras exportaciones petroleras.
En los últimos diez años la inflación en el país ha alcanzado ese
nivel o superior en seis oportunidades -cuatro de ellas del 2008 al
2011-; en dos ocasiones ha estado en el entorno del 20%, y en dos
casos alrededor del 15%, lo que hace de ella un mal cuyo flujo no
puede ser detenido mediante decretos ni torniquetes legales, ni
tampoco señalando y persiguiendo supuestos responsables sociales. Un
mal que solo puede ser erradicado -si lograrlo constituye una
prioridad real de las autoridades responsables de su contención-
identificando su verdadero origen.
Racionalidad económica
Por lo contrario, ella seguirá generándose si las decisiones de las
autoridades gubernamentales y de la banca central no se corresponden
con la racionalidad económica, ni tienen por motivación el fomento del
bienestar de toda la ciudadanía sino otros objetivos, habida cuenta
que la inflación cuando alcanza tal grado y persistencia solo puede
ser combatida yendo a las causas reales que la provocan, cuyo origen
suele encontrarse en dichas decisiones y comportamientos.
Una inflación sostenida de esas características y magnitud (27,6%),
varias veces mayor que la de cualquiera de los otros países de América
Latina -incluso los que entre ellos han registrado las tasas más
altas- y que las de todos los países más desarrollados, dentro de las
perspectivas actuales de su evolución resulta letal para todas las
familias venezolanas.
Lo seguirá siendo mientras las reservas de divisas se continúen usando
reiteradamente sin tener en cuenta la protección del valor de la
moneda emitida respaldada con ellas; no se atempere el endeudamiento
nacional no obstante los cuantiosos ingresos de divisas percibidos; y,
en detrimento de la producción, el empleo y las exportaciones
nacionales, se desaliente a los productores y favorezca el
abastecimiento de la comunidad vía el aumento de las importaciones.
Así, la desarticulación de la economía seguirá en marcha y llegará la
hora en la que la ciudadanía ya no encontrará asidero alguno para la
realización de sus empeños.
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