TORREBLANCA®
2010-11-21 18:23:10 UTC
"Venezuela es la nueva capital del secuestro en América Latina"
21/11/2010 07:59:38 a.m.
El diario Nuevo Herald de Miami publica este domingo un reportaje
sobre la cantidad de secuestros que suceden en Venezuela. "La
corrupción, la indiferencia oficial y la debilidad del sistema penal
han convertido este tipo de delito en una actividad casi libre de
riesgos para el delincuente y a la nación petrolera en la nueva
capital del secuestro de América Latina".
Venezuela es el centro del secuestro en Latinoamérica
Por Antonio María Delgado
Nuevo Herald
En medio de la risa cruel de sus secuestradores, David Viana lloraba
atormentado y rogaba que no lo mataran.
Los delincuentes no habían mostrado sus pistolas cuando interceptaron
al joven venezolano a inicios de septiembre, mientras caminaba por las
inmediaciones de la Plaza Francia, en Caracas, usando sólo amenazas
para obligarle a abordar un pequeño automóvil.
Pero una vez adentro, los secuestradores sacaron dos pistolas y con
una de ellas iniciaron un perverso juego. Le apuntaban, y tras tensos
instantes le gritaban: ‘‘¡Pum!'', soltando carcajadas ante el espanto
que se acrecentaba en el joven.
"Me colocaban la pistola en la cabeza, en la boca, por todas partes y
hacían el sonido de disparo con sus voces'', relató Viana a El Nuevo
Herald. "En mi mente, sólo pedía perdón porque pensé que me
matarían''.
Viana fue una de varias decenas de personas raptadas ese día en
Venezuela, país donde la corrupción, la indiferencia oficial y la
debilidad del sistema penal han convertido este tipo de delito en una
actividad casi libre de riesgos para el delincuente y a la nación
petrolera en la nueva capital del secuestro de América Latina.
Expertos consultados tienen diferentes proyecciones sobre el número de
casos que se están produciendo en Venezuela anualmente, pero
coincidieron en que el arrollador ritmo con que se han multiplicado
coloca al país por encima de México y Colombia, los antiguos
epicentros regionales de este tipo de delito.
"El secuestro es la actividad delictiva que más ha crecido en los
últimos 10 años'', afirmó Fermín Mármol García, profesor de
Criminalística en la Universidad Santa María de Caracas. "Es una
actividad que realmente ha sufrido un empuje vertiginoso en el
complejo mundo del delito''.
Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la
Seguridad Ciudadana realizada por el estatal Instituto Nacional de
Estadísticas (INE), unas 16,917 personas fueron secuestradas entre
julio del 2008 y julio del 2009, cifra sin precedente en el país, que
equivale a más de 46 secuestros diarios.
Pero ese número --que incluye el secuestro express al igual que el más
tradicional secuestro prolongado-- es sólo parcial, aseguró Roberto
Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia,
con sede en Caracas.
Al proyectar la cifra para incluir a toda la población en el país, el
número de secuestros en ese período sube a 26,873, más de 73 diarios,
o 94.4 por cada 100,000 habitantes, dijo.
Estos números, basados en una encuesta efectuada por los
representantes del INE que visitaron más de 16,000 hogares, contrastan
con los 537 casos del 2008 y los 795 del 2009 registrados en el
Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia.
Los expertos, sin embargo, tienen una explicación para esta
discrepancia.
"En materia de secuestro las cifras negras [no reportadas] son muy
altas'', declaró Mármol. "La gente no denuncia porque está consciente
de que el aparato policial no puede dar respuesta y la familia quiere
a su familiar sano y salvo lo más pronto posible''.
Las personas también se abstienen de realizar la denuncia por temor a
represalias, bien porque temen que los victimarios sean rápidamente
puestos en libertad o que agentes de la propia policía estén
involucrados.
La participación de la policía en actos delictivos ha sido denunciada
muchas veces en Venezuela. El propio ministro de Relaciones Interiores
y Justicia, Tarek El Aissami, admitió a inicios de este año que
efectivos de la policía han estado involucrados hasta en un 20 por
ciento de todos los delitos.
En el caso de Viana, quien por espacio de tres horas permaneció en
cautiverio mientras le paseaban por la ciudad y le obligaban a retirar
la máxima cantidad de dinero de los cajeros automáticos, sus captores
le liberaron en una zona oscura de la ciudad, no sin antes
recomendarle que no hablara con las autoridades.
"Me dejaron una advertencia, que si llegaba a denunciarlos o a hablar
con algún policía, ellos lo iban a saber porque eran funcionarios y me
buscarían para vengarse'', indicó. "Yo sólo lloraba y le daba gracias
a Dios por estar vivo''.
Briceño explicó que el delincuente venezolano ha mutado. El secuestro,
dijo, se convirtió en una forma muy fácil de obtener dinero y los
delincuentes que actuaban en otras áreas decidieron pasar a esta
actividad que les permitía tener acceso a dinero en efectivo con más
rapidez y menos riesgos y complicaciones.
"Lo que hemos tenido es una transformación del delito, por un lado, y
por el otro una popularización del delito del secuestro'', añadió.
Según los expertos, los secuestros están siendo ejecutados por bandas
que antes se dedicaban al robo de autos blindados, bancos y joyerías.
Estos delincuentes ahora operan en actividades de secuestros
prolongados, los cuales requieren de logística, mientras que aquellos
que se dedicaban al hurto de vehículos mayoritariamente se han
dedicado a la modalidad del secuestro express. A estas actividades
delictivas también se han unido funcionarios policiales y militares
activos, así como aquellos que han sido destituidos. También se han
sumado guerrilleros y ex rebeldes colombianos, dijeron los expertos.
Pero son los jóvenes delincuentes de las grandes barriadas, aquellos
que previamente se dedicaban al sicariato y al microtráfico de drogas,
los que constituyen el mayor riesgo para las víctimas.
"Estos son mucho más peligrosos'', comentó Mármol. "Son lo que
nosotros llamamos en el argot policial ‘coco secos', porque no tienen
nada dentro en el coco [la cabeza], y para muchos de ellos la vida no
vale nada, y ante un acoso policial o una mala negociación, ajustician
a la víctima''.
Los coco secos también se han dedicado a los secuestros express,
descrito así porque suelen durar sólo unas horas.
Francisco Quiñones, director de Operaciones de Clayton Consultants,
firma de asesores internacionales de resolución de crisis con sede en
Herndon, Virginia, afirmó que hay una estrecha relación entre el
riesgo de la víctima y la experiencia del secuestrador.
"El secuestro corto es más arriesgado porque se trata de gente con
menos experiencia y que tiene mayor potencialidad a usar la
violencia'', afirmó Quiñones, cuya firma normalmente asesora a los
familiares de las víctimas a negociar con los secuestradores.
Agregó que los secuestros largos tienden a ser ejecutados por bandas
más profesionales. La operación de estas bandas, señaló, es más
costosa, debido a que requieren una mayor logística y un mayor
personal.
Quiñones precisó que su empresa en los últimos tiempos ha estado más
ocupada en Venezuela que en México. Según él, el auge del secuestro en
Venezuela puede ser atribuido en parte a una mejoría de la seguridad
en Colombia, situación que llevó a muchos de los grupos guerrilleros
que se dedicaban a esa actividad a cruzar la frontera.
Los primeros efectos de este fenómeno comenzaron a observarse
inicialmente en los estados fronterizos de Apure, Táchira, Mérida y
Zulia.
"Eran secuestros de la guerrilla que duraban varias semanas y hasta
varios meses'', dijo Quiñones. "Muchas veces la amenaza era que si no
se pagaba el rescate, se llevaban al secuestrado a Colombia''.
Añadió, no obstante, que el secuestro ya no está limitado a los
estados fronterizos y hoy en día la mayor parte de los casos se
producen en Caracas y en la industrial ciudad de Valencia.
En Caracas, aumentó mucho el secuestro de tres a cuatro días, en una
modalidad que Clayton Consultants sigue considerando como express,
pero que se diferencia de la retención de tres a cuatro horas, período
en el que la víctima es llevada a los cajeros.
En este tipo de secuestro, la víctima es trasladada a alguna de las
barriadas populares, mientras los delincuentes negocian con los
familiares.
En Valencia, los secuestros tienden a durar varios días más y muchas
veces la víctima es llevada fuera de la ciudad.
Pero aún cuando fueron las bandas colombianas las que dieron pie a la
popularización del secuestro, hoy en día son los venezolanos los que
va a la cabeza, con un creciente número de grupos especializados.
El Observatorio Venezolano de la Violencia registró un caso en que una
de las víctimas fue contactada posteriormente por teléfono por uno de
sus secuestradores, para que ofreciera asesoría a una mujer que tenían
secuestrada, dijo Briceño.
"La otra voz [el secuestrador] le dice: ‘Disculpe señor Fulano, es que
tenemos aquí a una señora secuestrada y ella no cree que nosotros
somos gente seria. Piensa que la vamos a matar. ¿Podría conversar con
ella para que le explique?' '', relató Briceño.
Mármol explicó que otra de las razones del auge es la impunidad que
reina en Venezuela, país que carece de suficientes policías, fiscales
y jueces.
Según estudios elaborados por Mármol, el país sólo cuenta con 4,000 de
los 25,000 agentes especializados en investigaciones que debería
tener, y sólo 70,000 de los 125,000 agentes que deberían patrullar las
calles.
Además, cada fiscal está a cargo como promedio de unos 3,000 casos al
año, equivalentes a más de ocho por día, y los jueces penales tienen
asignados unos 500 casos.
El resultado final de esta carencia es que sólo un 8 por ciento de las
denuncias formuladas llegan a resolución judicial.
"En Venezuela es fácil cometer delitos, porque los delincuentes tienen
90 por ciento de probabilidades de éxito'', declaró Mármol. "Si de
cada 100 delitos, 90 quedan sin resolución, hermano, usted tiene
grandes oportunidades de salir ganando, y no ha de sorprendernos que
el delincuente en Venezuela esté envalentonado''.
El reportero Deivis Ramírez Miranda contribuyó a esta información
desde Caracas.
21/11/2010 07:59:38 a.m.
El diario Nuevo Herald de Miami publica este domingo un reportaje
sobre la cantidad de secuestros que suceden en Venezuela. "La
corrupción, la indiferencia oficial y la debilidad del sistema penal
han convertido este tipo de delito en una actividad casi libre de
riesgos para el delincuente y a la nación petrolera en la nueva
capital del secuestro de América Latina".
Venezuela es el centro del secuestro en Latinoamérica
Por Antonio María Delgado
Nuevo Herald
En medio de la risa cruel de sus secuestradores, David Viana lloraba
atormentado y rogaba que no lo mataran.
Los delincuentes no habían mostrado sus pistolas cuando interceptaron
al joven venezolano a inicios de septiembre, mientras caminaba por las
inmediaciones de la Plaza Francia, en Caracas, usando sólo amenazas
para obligarle a abordar un pequeño automóvil.
Pero una vez adentro, los secuestradores sacaron dos pistolas y con
una de ellas iniciaron un perverso juego. Le apuntaban, y tras tensos
instantes le gritaban: ‘‘¡Pum!'', soltando carcajadas ante el espanto
que se acrecentaba en el joven.
"Me colocaban la pistola en la cabeza, en la boca, por todas partes y
hacían el sonido de disparo con sus voces'', relató Viana a El Nuevo
Herald. "En mi mente, sólo pedía perdón porque pensé que me
matarían''.
Viana fue una de varias decenas de personas raptadas ese día en
Venezuela, país donde la corrupción, la indiferencia oficial y la
debilidad del sistema penal han convertido este tipo de delito en una
actividad casi libre de riesgos para el delincuente y a la nación
petrolera en la nueva capital del secuestro de América Latina.
Expertos consultados tienen diferentes proyecciones sobre el número de
casos que se están produciendo en Venezuela anualmente, pero
coincidieron en que el arrollador ritmo con que se han multiplicado
coloca al país por encima de México y Colombia, los antiguos
epicentros regionales de este tipo de delito.
"El secuestro es la actividad delictiva que más ha crecido en los
últimos 10 años'', afirmó Fermín Mármol García, profesor de
Criminalística en la Universidad Santa María de Caracas. "Es una
actividad que realmente ha sufrido un empuje vertiginoso en el
complejo mundo del delito''.
Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la
Seguridad Ciudadana realizada por el estatal Instituto Nacional de
Estadísticas (INE), unas 16,917 personas fueron secuestradas entre
julio del 2008 y julio del 2009, cifra sin precedente en el país, que
equivale a más de 46 secuestros diarios.
Pero ese número --que incluye el secuestro express al igual que el más
tradicional secuestro prolongado-- es sólo parcial, aseguró Roberto
Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia,
con sede en Caracas.
Al proyectar la cifra para incluir a toda la población en el país, el
número de secuestros en ese período sube a 26,873, más de 73 diarios,
o 94.4 por cada 100,000 habitantes, dijo.
Estos números, basados en una encuesta efectuada por los
representantes del INE que visitaron más de 16,000 hogares, contrastan
con los 537 casos del 2008 y los 795 del 2009 registrados en el
Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia.
Los expertos, sin embargo, tienen una explicación para esta
discrepancia.
"En materia de secuestro las cifras negras [no reportadas] son muy
altas'', declaró Mármol. "La gente no denuncia porque está consciente
de que el aparato policial no puede dar respuesta y la familia quiere
a su familiar sano y salvo lo más pronto posible''.
Las personas también se abstienen de realizar la denuncia por temor a
represalias, bien porque temen que los victimarios sean rápidamente
puestos en libertad o que agentes de la propia policía estén
involucrados.
La participación de la policía en actos delictivos ha sido denunciada
muchas veces en Venezuela. El propio ministro de Relaciones Interiores
y Justicia, Tarek El Aissami, admitió a inicios de este año que
efectivos de la policía han estado involucrados hasta en un 20 por
ciento de todos los delitos.
En el caso de Viana, quien por espacio de tres horas permaneció en
cautiverio mientras le paseaban por la ciudad y le obligaban a retirar
la máxima cantidad de dinero de los cajeros automáticos, sus captores
le liberaron en una zona oscura de la ciudad, no sin antes
recomendarle que no hablara con las autoridades.
"Me dejaron una advertencia, que si llegaba a denunciarlos o a hablar
con algún policía, ellos lo iban a saber porque eran funcionarios y me
buscarían para vengarse'', indicó. "Yo sólo lloraba y le daba gracias
a Dios por estar vivo''.
Briceño explicó que el delincuente venezolano ha mutado. El secuestro,
dijo, se convirtió en una forma muy fácil de obtener dinero y los
delincuentes que actuaban en otras áreas decidieron pasar a esta
actividad que les permitía tener acceso a dinero en efectivo con más
rapidez y menos riesgos y complicaciones.
"Lo que hemos tenido es una transformación del delito, por un lado, y
por el otro una popularización del delito del secuestro'', añadió.
Según los expertos, los secuestros están siendo ejecutados por bandas
que antes se dedicaban al robo de autos blindados, bancos y joyerías.
Estos delincuentes ahora operan en actividades de secuestros
prolongados, los cuales requieren de logística, mientras que aquellos
que se dedicaban al hurto de vehículos mayoritariamente se han
dedicado a la modalidad del secuestro express. A estas actividades
delictivas también se han unido funcionarios policiales y militares
activos, así como aquellos que han sido destituidos. También se han
sumado guerrilleros y ex rebeldes colombianos, dijeron los expertos.
Pero son los jóvenes delincuentes de las grandes barriadas, aquellos
que previamente se dedicaban al sicariato y al microtráfico de drogas,
los que constituyen el mayor riesgo para las víctimas.
"Estos son mucho más peligrosos'', comentó Mármol. "Son lo que
nosotros llamamos en el argot policial ‘coco secos', porque no tienen
nada dentro en el coco [la cabeza], y para muchos de ellos la vida no
vale nada, y ante un acoso policial o una mala negociación, ajustician
a la víctima''.
Los coco secos también se han dedicado a los secuestros express,
descrito así porque suelen durar sólo unas horas.
Francisco Quiñones, director de Operaciones de Clayton Consultants,
firma de asesores internacionales de resolución de crisis con sede en
Herndon, Virginia, afirmó que hay una estrecha relación entre el
riesgo de la víctima y la experiencia del secuestrador.
"El secuestro corto es más arriesgado porque se trata de gente con
menos experiencia y que tiene mayor potencialidad a usar la
violencia'', afirmó Quiñones, cuya firma normalmente asesora a los
familiares de las víctimas a negociar con los secuestradores.
Agregó que los secuestros largos tienden a ser ejecutados por bandas
más profesionales. La operación de estas bandas, señaló, es más
costosa, debido a que requieren una mayor logística y un mayor
personal.
Quiñones precisó que su empresa en los últimos tiempos ha estado más
ocupada en Venezuela que en México. Según él, el auge del secuestro en
Venezuela puede ser atribuido en parte a una mejoría de la seguridad
en Colombia, situación que llevó a muchos de los grupos guerrilleros
que se dedicaban a esa actividad a cruzar la frontera.
Los primeros efectos de este fenómeno comenzaron a observarse
inicialmente en los estados fronterizos de Apure, Táchira, Mérida y
Zulia.
"Eran secuestros de la guerrilla que duraban varias semanas y hasta
varios meses'', dijo Quiñones. "Muchas veces la amenaza era que si no
se pagaba el rescate, se llevaban al secuestrado a Colombia''.
Añadió, no obstante, que el secuestro ya no está limitado a los
estados fronterizos y hoy en día la mayor parte de los casos se
producen en Caracas y en la industrial ciudad de Valencia.
En Caracas, aumentó mucho el secuestro de tres a cuatro días, en una
modalidad que Clayton Consultants sigue considerando como express,
pero que se diferencia de la retención de tres a cuatro horas, período
en el que la víctima es llevada a los cajeros.
En este tipo de secuestro, la víctima es trasladada a alguna de las
barriadas populares, mientras los delincuentes negocian con los
familiares.
En Valencia, los secuestros tienden a durar varios días más y muchas
veces la víctima es llevada fuera de la ciudad.
Pero aún cuando fueron las bandas colombianas las que dieron pie a la
popularización del secuestro, hoy en día son los venezolanos los que
va a la cabeza, con un creciente número de grupos especializados.
El Observatorio Venezolano de la Violencia registró un caso en que una
de las víctimas fue contactada posteriormente por teléfono por uno de
sus secuestradores, para que ofreciera asesoría a una mujer que tenían
secuestrada, dijo Briceño.
"La otra voz [el secuestrador] le dice: ‘Disculpe señor Fulano, es que
tenemos aquí a una señora secuestrada y ella no cree que nosotros
somos gente seria. Piensa que la vamos a matar. ¿Podría conversar con
ella para que le explique?' '', relató Briceño.
Mármol explicó que otra de las razones del auge es la impunidad que
reina en Venezuela, país que carece de suficientes policías, fiscales
y jueces.
Según estudios elaborados por Mármol, el país sólo cuenta con 4,000 de
los 25,000 agentes especializados en investigaciones que debería
tener, y sólo 70,000 de los 125,000 agentes que deberían patrullar las
calles.
Además, cada fiscal está a cargo como promedio de unos 3,000 casos al
año, equivalentes a más de ocho por día, y los jueces penales tienen
asignados unos 500 casos.
El resultado final de esta carencia es que sólo un 8 por ciento de las
denuncias formuladas llegan a resolución judicial.
"En Venezuela es fácil cometer delitos, porque los delincuentes tienen
90 por ciento de probabilidades de éxito'', declaró Mármol. "Si de
cada 100 delitos, 90 quedan sin resolución, hermano, usted tiene
grandes oportunidades de salir ganando, y no ha de sorprendernos que
el delincuente en Venezuela esté envalentonado''.
El reportero Deivis Ramírez Miranda contribuyó a esta información
desde Caracas.